En Paraíso Imaginado con Flamboyant, la artista nos sumerge en un paisaje vibrante donde el color y la textura evocan un mundo onírico y sereno. Un cielo de tonos menta se despliega sobre un mar que fusiona matices de rosa y azul, creando una atmósfera envolvente. El sol, representado como un círculo anaranjado, se disuelve en una danza de puntos de colores que flotan en el aire, sugiriendo una luz mágica y etérea.
Las colinas a ambos lados contrastan entre sí: una en un azul profundo con trazos geométricos, la otra en un verde vivo con texturas orgánicas. En esta última, un árbol de copa redonda y tonalidades cálidas recuerda al flamboyant, un símbolo de exuberancia y vida. Al fondo, formas abstractas en tonos arcoíris sugieren una arquitectura imaginaria que se funde con la naturaleza.
Esta obra invita al espectador a un universo donde el paisaje no solo se contempla, sino que se experimenta a través de la intensidad del color y la expresión de la luz. Un refugio visual donde la realidad se transforma en un paraíso soñado.